
Territorio Compartido. Residencia de Arte en Casa Poli. Junto a Alvaro Espinoza. Coliumo. Chile
Texto por Alvaro Espinoza
La crisis de la pesca artesanal en Chile se alarga ya por demasiado tiempo. Vivimos en la regencia de leyes diseñadas para mantener artes de pesca dañinas para el ecosistema marino y para reservar amplias cuotas de pesca para las corporaciones industriales. Vivimos en la ignominia de tener que asistir al destape de los escándalos de corrupción con parlamentarios mojados y pauteados por la industria, y funcionarios públicos con altas responsabilidades políticas directamente sobornados. Vivimos en la angustia de los pescadores artesanales y sus familias azotados por las mareas y por la autoridad marítima que, por la fuerza, controla, sanciona e impide que los pobres accedan a pescar lo que su susbsistencia demanda. No hace mucho tiempo atrás para los pescadores era un orgullo que sus hijos fueran la primera generación que se estaba educando en institutos profesionales con los pagos mensuales por una educación de baja calidad y que, que por cierto, salían de la abundancia dela pesca. Hoy es penoso ver la desesperanza de los pescadores al ver que sus hijos ya no podrán siquiera tener la ilusión de una educación superior que los haga emigrar hacia otros derroteros laborales. Asistimos a los días en que todos van a la playa pero no miran lo que ocurre a su alrededor. Asistimos a los días de la extinción de la cultura costera, los mariscales, la carpintería de ribera, los botes meciéndose juntos en las bahías, las procesiones y la risa de los niños jugando encima de las cubiertas de los botes varados.
Asistimos a unos días en Casa Poli para ver que nos pasaba estando allí cerca de las comunidades costeras y su entorno. Y pasaron muchas cosas. Los residentes tuvimos brillantes sesiones de análisis de cuestiones técnicas de los detalles pesqueros, biológicos y económicos de la crisis y de cómo el Gobierno no ha respetado las pautas internacionales elementales para garantizar la conservación del patrimonio biológico de la nación y, mucho menos, el acceso igualitario a la pesca. También realizamos entrevistas a dirigentes de los pescadores las que registramos en videos, los que editamos y presentamos ante la asamblea del Sindicato de Pescadores de Coliumo. De esta forma se pudo iniciar un interesante debate donde quedó registrada la angustia de los pescadores por la actual situación productiva y social que viven. A la hora de la discusión de las soluciones a la crisis la asamblea tuvo un giro inesperado. Frente a una respuesta negativa del residente científico a apoyar una campaña de matanza masiva de lobos marinos (a quienes responsabilizan por su mala pesca ya que les comen las presas atacando las redes) se produjo una catarsis hacia la profesión de los biólogos marinos a quienes achacan ignorancia de los fundamentos de la pesca y responsabilizan por su actuación antiética en el sistema público que finalmente los perjudica como trabajadores de la mar.
El correlato artístico de toda esta vivencia emergió de forma misteriosa plasmándose en registros audiovisuales de la organicidad de las espumas biológicas de los furiosos roquerios de Casa Poli y en el paso avasallador de gigantescas moles navieras atiborradas de containers donde se exportan los productos de una economía local basada en grandes volúmenes de recursos naturales con tipos de procesos industriales que resultan en productos que no explotan toda su capacidad de elaboración; perdiendo con ello la posibilidad de obtener el mayor valor agregado posible y la mayor empleabilidad industrial. Es decir, una forma de producción sustentable que despresione la explotación por volumen de los recursos pesqueros y garantizar con ello su conservación.
Que lejos estamos de una forma honesta y sustentable de administrar nuestros recursos naturales pesqueros. Que débil se escucha la voz de las comunidades costeras frente a ello. Que desesperanza la registrada. Que caldera de conflicto social se incuba entre los pescadores y sus familias. Cuanta indolencia frente al sufrimiento de las comunidades costeras. Cuanta labor puede hacer el arte contemporáneo para visibilizar este sufrimiento y las salidas de la crisis por la vía de un empoderamiento de los pescadores de su destino marítimo de frente a la injusticia del discurso oficial basado en leyes lógicas, biológicas, pero mentirosas y a favor de los poderosos. Si en la historia de Chile hubo una reforma agraria en contra el latifundio y el inquilinaje oprobioso también puede haberla para poner las cosas en su justo orden en el mar que tranquilo nos baña.
- Portfolio Date: 2016. Casa Poli. Coliumo. Chile